jueves, 24 de julio de 2014

Perro, perrito

¿Alguien ha leído el libro que he puesto por título? ¿Elvis Karlsson les suena? ¿Les ha provocado probar las mazamorras de "Aventuras de un niño de la calle"? Todos estos son títulos infantiles, son los libros por los cuales agarré cariño a la lectura, y es también una de las pocas medidas acertadas que ha tomado mi colegio. Sino, nunca me hubiera interesado leerme "Otelo" de cabo a rabo, o hubiera rechazado el libro que gustosamente Miss Rosa me prestó en la secundaria, "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde". O peor aún, jamás hubiera agarrado el libro recopilatorio de la obra de Poe de mi má, y de haber sido así, nunca hubiera conocido el crimen del señor Usher. Ni que su casa se había venido abajo.
No soy la lectora más ávida, ni tampoco la más culta; sí, sí he leído la trilogía de 50 sombras de Grey, no; no he leído "Bajo la misma estrella" (Quizás en verano). Lo que quiero decir, es que esas pequeñas "puertas" que aparecieron en mi niñez, sirvieron para darme pase a las puertas más grandes y de paso inculcarme el amor por la lectura. 
Tal vez esto no interese, igual mi propósito es aburrirlos a mares. Pero, si lo que me pasó a mí ocurriera con cada niño en el país, ¿Se imaginan que tan diferente serían los jóvenes y futuros adultos? (Otra vez esta con su idealismo)
Posiblemente "Combate" y "EEG" no abrumarían nuestras tardes con un solo de chicos y chicas físicamente esbeltos sacando tuercas y cogiendo banderitas (Ah, y tocando campanas). Tal vez más la población universitaria estaría más interesada en la investigación (Bah, habla la que jaló MIC) y no hubieran un buen número de universidades de pacotilla. Quizás no hubieran jóvenes engañados que defiendan los intereses del MOVADEF, porque el interés que se les inculcó por la lectura los motivó a ir a una biblioteca, coger un libro de historia nacional y sentarse un buen rato a leer (O entrar a Wikipedia y leer el artículo correspondiente, a fin de cuentas leen)
 ¿Vale soñar con un Perú distinto solo con un cambio en el hábito de la lectura?
¿O mejor sigo encerrada en mi pueblo Verdanturf?

Grenade Heart

PD: El título de la entrada corresponde a "Perro, perrito", un libro del autor francés Daniel Pennac. Lo que más recuerdo de la obra es que la madre de la dueña de "Perro" (Ingenioso nombre para un perro) llamaba a la mascota "malsano". Y de manera constante.
¿Qué maja, no?

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